La xiana es el nombre
que reciben las hadas en
Asturias.
Representan una entidad etérea de
cuerpo juncal, cabellos
rubios y ojos verdes.
Vive en las fuentes y se aparece
a los caminantes reflejada
en las aguas
cuando estos acuden a
apagar su sed.
Son unas criaturas constructoras
a las que se les atribuye la
edificación de muchos
dólmenes, que según la creencia
popular
no son más que los
vestigios de los
grandiosos palacios que erigieron
Las Xianas son unas ninfas de
agua dulce que poseen
una morfología completamente
humana.
Son de pequeña estatura,
extraordinaria
belleza física y larga melena
rubia.
Habitan en las fuentes, en las cuevas y
en las riberas de los ríos.
Al parecer, la noche de San Juan es la más propicia
para romper su
encantamiento; ellas salen
a bailar, a lavar sus ropas y
tenderlas.
También devanan madejas de hilo
de oro
y plata; o se sientan a la
orillas de las fuentes
a peinar sus largos cabellos con
peines de oro.
Las Xianas astures están
claramente emparentadas
con las hadas irlandesas,
escocesas y bretonas
la mayor parte de su tiempo la dedican al
canto y a peinar sus sinuosas
cabelleras, aunque
también realizan otras
tareas como cuidar del
ganado y de sus propios
hijos los "xianinos"
una de sus mayores obsesiones es la de
cambiar a sus "xianinos"
por bebes
humanos, aprovechando el descuido
de las madres
cuando bajan al río a lavar la
ropa; resulta curioso
que la prole de estos
bellos seres resulte tan
enfermiza que intenten
conseguir bebes
humanos, debiéndose esto quizá a
que obviamente
se trata de una "especie en vías
de extinción"
e relatan estos sucesos
Sin embargo estos seres también
se
dedican a tareas menos rurales,
así en la noche
mágica por excelencia, la noche
de san xuan, el 24 de junio, las
xianas se hacen
visibles para quien las quiera
contemplar con solo acudir a los
sitios
que habitan como fuentes,
lagos y ríos
aquellos que quieran acometer
tal hazaña encontrarán a la
xiana
sentada en una roca, cantando
y portando una madeja de hilo de
oro, que
entregarán a aquel que se
lo pida
prometiendo desposorio y
magníficos
tesoros para aquel que consiga
deshilar la
madeja sin cortar el hilo pero si
el hilo
se rompiese o no hubiera
esposorio, se
castigará al osado humano de una
manera
cruel que acabá en su muerte,
atrayéndole
hasta el fondo de las
aguas.
Se dice que tienen hijos, los
xianinos, que se los cambian
a las aldeanas para que les
den
de mamar; cuando éstas sospechan
del cambio, ponen en el 'llar"
cáscaras
de huevo o el mondo de una
manzana
y cuando crepita, el xianín
exclama
ingenuamente: "Cien años fai que
nacín
y'a nunca tantos pucheros n'a
vera
del llar vín". Pero la xana no
persona
el agravio y priva a la
mujer de obtener
riquezas, como le ocurrió a
una
vecina de La Mantiega
(Grado).
Por citar algunas de las leyendas
de la xiana/encantada, diremos
que
en Puerto de Vega -y esto se
puede
hacer extensible a toda la vieja
Asturias- había
una en cada fuente, que salía a
peinarse
la mañana de san Juan con su
peine
de oro, siendo muy temida la de
Camonedo, pues ofrecía el
peine de
oro al que pasaba y si lo cogía,
le mataba
con él. La leyenda se sitúa
geográficamente
al pie de un castro con
enormes fosos
y al lado de una explotación de
oro en
filones de cuarzo; esa
vinculación
con "tesoros ocultos por
los moros" está
muy generalizada, siendo célebre
la
de la "mora" de Cabo Blanco, un
castro
marítimo de El Franco, que
custodia
unas minas de oro donde
decían, -según
refería Marcelino Fernández
a principios de siglo-,
Las Xianas astures están
claramente
emparentadas con las hadas
irlandesas, escocesas y bretonas,
así
como con las de Sicilia y
Cerdeña. |